Review | Los Guardianes de la Galaxia


Quedé enganchado en un sentimiento. Ooga-Chaka.
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La gran gracia de Los Guardianes de la Galaxia, es que logra hacer algo entretenido, con personajes de morondanga. Un grupo que hace un par de años no eran más que de tercera línea en los cómics y por los que nadie daba un peso en términos masivos. Pero aquí tomaron a ese puñado clase B, para hacer una película sobre un montón de patanes, que invita a soltarse con su propuesta y subirse al carro de Star-Lord y compañía. Pura onda,  actitud, encanto, humor y mucha energía.
Un éxito que va de la mano tanto porque el director James Gunn le da su propia personalidad al relato, especialmente en términos de cómo maneja el humor en pro de la historia, así como por la jugada de situar a Chris Pratt de protagonista, quien es puro carisma e interpreta a un tipo marcado por la cultura pop de los ochentas. Que cree que su aventura espacial es digna de Harrison Ford.
Igual definamos de partida la película no es la última chupada del mate de la que hablan algunos. Se repiten puntos que ya se han convertido en tradición en los proyectos de Marvel Studios. Especialmente en lo que concierne al uso de los villanos o la jugada del plan de destrucción masiva, a partir de un macguffin de poder inconmensurable. Su gracia es que aunque pierde brevemente su foco siguiendo esa fórmula, en un esquema previsible, nunca es fome. Es muy divertida. Su tono y la forma en que Gunn maneja los hilos de los personajes es lo que eleva la propuesta de Los Guardianes de la Galaxia .
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De hecho, esto funciona de forma más redonda que cualquier otra carta de presentación de este universo cohesionado. Más que las primeras de ThorCapitán América o Iron Man, las que algún momento se caen y no vuelven a levantarse. Tampoco es como The Avengers, que tiene un inicio insufrible. Y esta cuenta en esa línea con una historia bien acotada, que reluce más de lo que debería con la dinámica entre sus cinco personajes principales: Star-LordDrax (Batista),Gamora (Zoe Saldana), Rocket (Bradley Cooper) y el genial Groot (Vin Diesel).
Su base además es diferente a lo que estamos acostumbrados con estas películas, lo que se agradece de verdad. El estudio se ha especializado en diversificar sus fórmulas durante su segunda fase, lo que ha sido su gran plus para explotar a los personajes de la Casa de las Ideas. Ninguna nueva apuesta se siente igual a las anteriores. Aquí apostaron por la ciencia ficción, con una ópera espacial bien pulp. Algo que no se ve seguido en la pantalla grande y que permite que un personaje esté en el vacío del espacio sin ninguna protección.
Guardianes de la Galaxia comienza también de una forma distinta. Con un flashback nos presentan al joven Peter Quill en pleno 1988, justo en el peor día de su vida: cuando su madre muere de cáncer y es raptado por un grupo de extraterrestres que se hacen llamar los Ravagers. Recién ahí la pantalla se va a rojo con el logo de Marvel Studios, para luego dar paso a una secuencia en donde ese niño ya se ha convertido en un pirata espacial, que se hace llamar Star-Lord y que está tras un objeto en un planeta abandonado. Todo al ritmo de Come and Get Your Love. El soundtrack en verdad es la zorra, porque es utilizado de forma orgánica en la historia.
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A partir de ahí mismo todo se complica, porque el artefacto implica una recompensa, un choque entre varias facciones y pone en riesgo a millones de vidas, ya que está en la mira de Ronan the Accuser (Lee Pace). Una especie de extremista talibán del imperio Kree, que odia al planeta Xandar y quiere destruir el mundo de los Nova Corps. La idea es que si le pasa el orbe a Thanos (Josh Brolin), el titán loco destruirá el planeta.
En ese escenario hay recompensas, misiones, arrestos y el grupo de los cinco inevitablemente se reúne para intentar cobrar el dinero que les ofrece El Coleccionista (Benicio del Toro). Claro que una vez que ven que ven el tipo de poder destructivo tras el artefacto, tienen que impedir que este caiga en malas manos. Si bien en el fondo de todo eso están las gemas del infinito que todos los personajes de Marvel se reúnan, Guardianes de la Galaxia juega sus propias cartas en vez de ser solo un cimiento más para llegar a la inevitable conclusión en The Avengers 3. Cuando más se la juega por su historia propia, es cuando mejor anda la película. Y eso incluye a sus personajes principales.
Aunque a veces hay más exposición de la necesaria sobre sus vidas pasadas, yel desarrollo en torno a Gamora no le saca el jugo suficiente, hay tres guardianes que son el complemento secundario perfecto a esta historia. Rocket es más que un mapache con metralleta mal hablado de puras frases para el bronce. Pese a que uno podía especular que sería el punto más bajo, Batista está muy bien como el iracundo Drax. Un guerrero cegado por la ira e incapaz de entender un chiste. Y lo mejor es el “árbol” parlanchín Groot. Por lejos. No es simple relleno cómico y está al centro del corazón de estos guardianes.
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Asimismo, la acción y la forma de presentarla en pantalla está realmente bien. En la primera pelea entre Star-Lord, Gamora, Rocket y Groot, se va definiendo la personalidad de cada uno, a partir de lo que hacen durante el combate. A medida que se van relacionando más, van siendo un mejor equipo. Hay una progresión natural en sus acciones, que los termina definiendo como Los Guardianes de la Galaxia. Y uno les compra al final que lo sean.
James Gunn genera bastante variedad al abordar esas secuencias. Cada elemento cumple su función, por lo que no hay rellenos innecesarios en ese ámbito. No solo hay persecuciones para escapar y batallas masivas entre naves (¡Las jaula de pájaro de las nave Nova!), sino que están los combates uno a uno que reflejan las diversas habilidades en juego. Hay muchas instancias para que los personajes se luzcan con algo nuevo.
Quizás lo más destacado es que Groot no para de sorprender nunca, ni a la hora de demostrar todo su poder ni a la hora de su gran momento heroico. En el medio de esos momentos se instala el personaje de Michael Rooker, Yondu, que es extremadamente letal con un simple silbido. Y así sumen y sigan. Hay muchos momentos notables.
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Ahora, aunque hay cosas que pueden desarrollar más a futuro (Gamora, Nebula, Yondu y más Thanos), esta presentación de Los Guardianes de la Galaxia se vale por si misma. Más aún, se siente como algo fresco, que al mismo tiempo expande de forma correcta el universo Marvel. Que venga Richard Rider, El Tribunal Viviente, los Celestiales, Adam Warlock y todo el resto. Que desaten toda la locura cósmica, porque aquí dejaron en vergüenza lo que hizo la distinguida competencia en torno a anillo de poder verde.
También reconozco que hace un año no tenía muchas expectativas con esto. No se veía fácil que pudieran hacerla funcionar con personajes tan secundarios. Pero lograron desarrollar al grupo, no se fueron por la ruta fácil de generar ganchos conThe Avengers: Age of Ultron que no habrían tenido sentido y eso les rindió frutos para hacer funcionar a la película, más allá de ser simplemente un capítulo de algo mayor. No cae nunca en lo amorfo de Iron Man 2.
Quizás por eso me dejaron con tantas ganas de ver Los Guardianes de la Galaxia 2 y, al mismo tiempo, esperando por ese momento en que Groot se encuentre con The Hulk. Que la espera valga la pena, porque de puro pensarlo… woow.

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