[Criticas] [Cine] Lobezno Inmortal
Esta semana ha llegado a prácticamente todo el mundo la película “Lobezno Inmortal” / “The Wolverine”. Se trata de una nueva película individual del personaje de Lobezno que nace del gran interés que despierta entre los fans (lo que hace que 20th Century Fox lo vea como una máquina de hacer dinero) así como muy probablemente al interés del propio actor Hugh Jackman de seguir interpretando al personaje (unido a que ya es productor ejecutivo de las películas).
Tras una primera película individual centrada en los orígenes del personaje, y no teniendo esta mucha aceptación (taquilleramente se podría decir que sí, pero no tanto entre los fans), han decidido no meter el dedo en la llaga y en su lugar situar la película un poco más adelante en el tiempo, hasta después de lo visto en la trilogía original, resultando de este modo en la película que ya tenemos en los cines y que las primeras estimaciones de taquilla colocan con muy buen primer pie.
Procedemos de este modo al análisis de la película, aunque por desgracia hay que avisar de spoilers importantes de la película, necesarios para poder realizar la crítica completa.
Logan con una gran pena
Una de las ideas claves de la película, y parte de ello excusa del cambio del título para España, es ahondar en la inmortalidad de Lobezno. Se trata de un hombre con más de un siglo de vida, y por tanto ha vivido de todo y al mismo tiempo ha sufrido la pérdida de muchos de sus seres queridos. Esto se traduce en una actitud completamente aislada del resto del mundo, sin querer seguir siendo el héroe que era y con nulas esperanzas de vivir. Con estos sentimientos, la llegada de Yukio a su vida la dará la oportunidad de volver a visitar una Japón que no visitaba desde la II Guerra Mundial, y donde se sumerge en un tenebroso mundo controlado por la Yakuza y los samuráis.
Logan se enfrenta por primera vez (al menos en su versión cinematográfica) a la posibilidad de morir realmente, algo a lo que pese a su gran estado de depresión, no está dispuesto a acceder. Su vida cambiará por completo con su viaje a Japón y en especial cuando conozca a Mariko, una misteriosa y bella heredera, que le hará vivir sentimientos que hace tiempo que tenía enterrados, al mismo tiempo que llegará hasta el límite físico, como nunca antes lo había hecho.
Estamos pues ante una película que profundiza en el lado más personal de Lobezno, desde un enfoque pocas veces visto y que además convierte a la película, en su primera parte, en una historia algo más oscura que otras películas mutantes, sobre todo que la anterior entrega de Lobezno.
Decir Japón y Lobezno es rápidamente asociado por los fans a la historia de Chris Claremont y Frank Miller en la que ligeramente se basa, principalmente toma los personajes y el escenario, no siendo la trama tan puramente la de los cómics. Tenemos aquí un posible punto negativo, al usarse uno de los mejores cómics que hay de Lobezno, pero sin llegar a sacarle el verdadero partido que tenía el cómic. Como siempre está el conflicto de de adaptar un cómic al cine como tal u ofrecer algo nuevo, y si bien yo no soy tampoco muy partidario de que un cómic se lleve literalmente al cine, sí creo que en este caso la historia de Claremont ofrecía más componentes de los que podían haber bebido para ofrecer una historia mucho más atractiva.
La película va claramente de más a menos. Tenemos un comienzo con garra (nunca mejor dicho), con un Logan al más puro estilo de los cómics, poco preocupado por su imagen y más movido por los sentimientos que por otra cosa, al que llevan a Japón y colocan en una situación bastante vulnerable, como nunca antes se había visto. Es a partir de ese momento cuando empezamos a ver menos a Lobezno, para llegar al punto romanticón de la película. No obstante esto tampoco sorprende, el propio cómic pone de manifiesto ese lado más amoroso de Lobezno en su relación con Mariko.
El momento en el que los días amorosos de Mariko y Logan llegan a su fin es cuando creo que la película empieza ya a perder fuerza. Tras creernos que Logan, de una forma que sigo sin terminar de comprender, pierde sus poderes y es capaz de recibir varios disparos en el cuerpo (uno de ellos un escopetazo a quemarropa y en el estómago, como se suele decir ‘ahí es nada’), una auténtica paliza, y pese a todo seguir corriendo tan sólo sufriendo ligeros desmayos (dado que esto tampoco queda muy claro en la película, voy a suponer que sigue teniendo cierto factor curativo, porque sino, tampoco me explico cómo es capaz de hacerse la operación para curarse a sí mismo), empiezan a hacer gala los villanos de la película, lo que sin duda creo que es uno de los puntos más débiles de la película.
No me termina de quedar muy claro la elección de Víbora como villana. Puedo llegar a entender que cogiendo la trama de los cómics escogida, obviamente la familia Yashida debe contar con bastante importancia, pero para colocar a un villano al que pueda enfrentarse Lobezno no es necesario montar esa parafernalia, hay más villanos de los cómics que pueden servir como un reto físico para Lobezno, incluso los mismos ninjas.
Olvidemos los cómics y tratemos la película como una adaptación con bastante libertad, y analicemosla únicamente como película. Se encuentra lagunas importantes. Tenemos a un Harada que por alguna extraña razón es capaz de entregar al amor de su vida a la gran villana, pese a que había prometido que siempre la protegería; una Yukio que define las artes de combate de Shinger como unas que “no están mal” pero luego las pasa duras en un enfrentamiento con él; una villana como es Víbora que parece no tener motivación alguna, es capaz de matar a cualquier persona con solo tocarla y sin embargo está bajo la órdenes de Yashida que está a un paso de la muerte; y por último tenemos a un robot hecho de adamantio (o adamantium) y de entre todas los aspectos y armas que le podían dar, le dan aspecto de samurái y dos espadas, para así al menos tener en cierta forma al Samurái de Plata que al final nos hemos quedado sin ver. A esto se le suman algunas situación un tanto ilógicas como por ejemplo, ¿qué pretendía Mariko cuando se colocó entre el robot samurái y Lobezno? ¿Sacrificarse los dos? Porque se supone que todavía no sabía quien estaba dentro del robot y que por tanto evitaría matarle; o si ya parte del poder de Lobezno está en el interior de Yashida, porque podemos ver cómo rejuvenece, y teniendo una garra de Lobezno clavada en la cabeza, ¿por qué no muerte hasta que Lobezno se carga el traje?; o un último ejemplo, ¿de dónde procede el calor de las espadas del robot y cómo es posible que las dos manos de Lobezno sean igual que el tamaño de las dos del robot como para que la espada detecte que tiene puesta las dos manos?
Cuestiones que enturbian ligeramente la película, como suele ocurrir en casi toda película de ciencia ficción y que te planteas cuando estás saliendo del cine por la poca lógica que parecen tener.
En definitiva, que pese a que la trama en Japón podría haber dado un resultado espectacular, al final han acabado realizando un argumento que se puede disfrutar, pero al que no le termino de ver mucho sentido.
El reparto
Pese a que encuentro la presencia de determinados personajes con poco sentido, lo cierto es que desde el punto de vista de la interpretación poco se le puede criticar a la película. Hugh Jackman está espectacular como Lobezno. Realmente le ha conseguir pillar el truco al personaje , y aunque el tema del peinado es todavía cuestionable, el resto de aspectos físicos los cumple de sobra, con una forma física y una actuación muy cercana al aspecto de los cómics (aunque los fans más puros dirán que todavía le falta alguna cosita), como la de un bruto al que le suele dar igual todo pero con la peculiaridad de que esta vez se ha enamorado. Desde luego Jackman ha conseguido con Lobezno lo mismo que Robert Downey Jr. con Tony Stark, el íia que deje de interpretar al personaje nos va a costar encontrar a un buen sustituto.
La modelo y actriz Tao Okamoto se muestra correcta en su papel de Mariko. Una actuación discreta pero acorde con lo que le pedía el papel. En la misma situación se encuentra Rila Fukushima comoYukio. Esta es quizás uno de los personajes más desaprovechados de todos. Fukushima consigue dejarnos algunas escenas espectaculares por lo que tal vez hubiese estado bien tener algo más de ella que lo simplemente visto.
La rusa Svetlana Khodchenkova cumple con su cometido como Víbora. El principal problema del personaje es el planteamiento que le han dado. La historia del personaje es completamente diferente a su versión de los cómics, y Khodchenkova ha hecho lo que le han pedido, consiguiendo transmitir esa imagen de femme fatale que guarda un oscuro misterio.
En lo que respecto al resto del reparto japonés, nada negativo que objetar. Correctos en su interpretación con la pena de que algunos personajes como Harada o Noburo quedan excesivamente planos.
Visualmente aceptable pero sin destacar
El control que han realizado sobre el número de escenas que necesitan de efectos especiales ha hecho que incluso con menor presupuesto, el resultado de esta película me guste más de cómo quedó “X-Men Orígenes: Lobezno”. Es cierto que determinadas escenas podrían tener un mejor acabado, por ejemplo algún que otro plano de las garras, pero en general el apartado visual de la película queda con unos niveles bastante aceptables.
Las escenas de acción se pueden disfrutar, salvo algún que otro momento puntual que sí resulta ligeramente caótico en la escena final.
Se nota que Fox ha preferido ir sobre seguro. Nada de ser ostentosos. Alguna escena con mayor carga visual en mitad de la película, para dejar lo gordo para el final.
Una banda sonora discreta
Con una basta experiencia, el compositor Marco Beltramise coloca detrás de la banda sonora de la película dejándonos como resultado unos temas bastante discretos, ya que ni tan siquiera se aprecia un tema pegadizo o con el suficiente ritmo como para que nada más escucharlo podamos rápidamente asociarlo a la película, decisión que en realidad sorprende.
En su lugar, Beltrami ha compuesto una banda sonora puramente de acompañamiento, con un ritmo pausado, que evita que el espectador se pueda desconcentrar con ella.
Con fallos pero entretenida
Realizado un repaso por los principales aspectos de la película, toca el momento de la conclusión final. Creo que la película cuenta con suficientes fallos argumentales como para que podamos hacer oídos sordos. Podrán dolernos más o menos, pero estar están ahí, son una realidad, y cada cual que decida qué hacer con ellos. Pese a todo, la película supone una gran mejora frente a la anterior película individual de 2009. Esta trama está mejor cerrada que aquella, aunque como ya decimos con algunas lagunas.
Del mismo modo hay otra gran mejora, la sangre. Tenemos considerables dosis de sangre, es una cantidad moderada, pero está presente y mucho más de lo que se vio en la anterior película individual, y es de esperar que en esa versión “sin censurar” que saldrá con el Blu-ray sea aún mayor. Lo que no termino de entender es, si hay veces que le ponen sangre del enemigo en las garras, por qué nunca ponen sangre sobre las garras cuando estas acaban de salir de las manos de Lobezno, por mucho que se cure (aunque también ocurre cuando sus poderes están cohibidos) , Lobezno sangra, y por tanto sus garras deben tener algo de sangre.
Pese a que el futuro cinematográfico del personaje sea incierto más allá “X-Men: Days of Future Past”, esta película no me da la menor impresión de que Fox esté dispuesta a dejar de lado al personaje, y más viendo como deja un final completamente abierto a que cualquier cosa pueda surgir con el personaje. Esto sin duda es aspecto positivo.
En términos generales, no es la película definitiva de Lobezno tal y como nos la habían vendido, pero sí es muy buena película, con sus fallos, pero les podemos hacer la vista gorda para disfrutar mejor de ella. Lo que más lamento, es no haber cogido un villano más apropiado que nos hubiese dejado una mejor batalla final. Con una mayor carga física, pese a que la trama se hubiese simplificado algo más (ya que tampoco lo de Yashida es que quede muy cerrado)
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